La Escalada Tepuyera es una actividad
deportiva que llevan a cabo Escaladores de Roca netamente en los tepuyes. Si
bien es cierto que escalar estas montañas los caracteriza no les limita a practicar
la escalada en otro tipo de formaciones rocosas.
Este tipo de escalada envuelve grandes
compromisos y gran nivel de escalada, tiene características particulares dadas
por el tipo de roca “Arenisca”, por lo general predomina la Escalada
Tradicional y en otros casos tipo mixta (uso de seguros removibles con algunos
puntos protegidos con chapas). En los tepuyes existen rutas tipo Multi-largos
(menos de 500m) y otras consideradas de Gran Pared o Bigwall (por encima de
500m).
Una de las paredes más grandes y emblemáticas
de nuestro país considerada uno de los Bigwall más difíciles y peligrosos del
mundo es la pared Cóncava del Kerepakupai Vená (a la izquierda del Salto),
antes conocido mundialmente como Salto Ángel, nombre que se le cambio en el
gobierno del presidente Chávez.
A raíz de algunas escaladas a los
tepuyes realizadas por el escalador venezolano José Luis Pereyra (1963-2003) el
estableció una nueva graduación a secciones de escalada en roca con vegetación,
llamado también “mata-tracción”, la escala va desde J1 hasta J6, la “J”
significa “Jungla”, y mientras sube el numero la dificultad es mayor, “J6” la mata-tracción
o escalada por vegetación más difícil según Iván Calderón, lo más difícil que
se ha hecho en un tepui es J5 por el escalador inglés John Arran (Fuente: www.escaladamutante.com)
Kerepakupai Vená (en lengua pemón):
Salto del lugar más profundo (español).
Según Decreto 276 de fecha 09 de junio
de 1989, el cual se refiere al Reglamento Parcial de la Ley Orgánica para la
Ordenación del Territorio sobre Administración y Manejo de Parques Nacionales y
Monumentos Naturales, en su artículo 3 del Capítulo I “Disposiciones Generales”
dice lo siguiente:
“Las actividades que podrán
desarrollarse dentro de un parque nacional o monumento natural, están sometidas
al régimen de aprobaciones y autorizaciones establecido en la Ley Orgánica para
la Ordenación del Territorio. Dichas aprobaciones o autorizaciones serán
otorgadas por el Instituto Nacional de Parques conforme a lo previsto en este
Reglamento y en los planes de ordenación y reglamento de uso correspondiente.”
Según el marco legal de los Parques Nacionales
y Monumentos Naturales por ser áreas protegidas bajo un régimen especial para
cualquier acceso a estas áreas es necesario un permiso de INPARQUES el cual es
el ente encargado de su administración, sin embargo, el gobierno nacional no
cuenta con la infraestructura adecuada para controlar estas vastas áreas del
territorio, por lo cual en la gran mayoría de los casos estos permisos están a
cargo de las comunidades indígenas que habitan en estas áreas de administración
especial, es bueno resaltar que el permiso de acceso de las comunidades tiene tanto
valor como el que puede generar los organismos que representan al gobierno.
En la mayoría de las expediciones con
fines de exploración y deportivas los permisos de acceso han sido aprobados por
las comunidades indígenas, siendo estas las que no solo dan el permiso sino también
fijan las condiciones que deben cumplir los visitantes durante sus actividades
en la zona.
Todo visitante que visite alguna de
estas zonas de régimen especial de protección donde existan comunidades indígenas
debe tener claro que cualquier actividad que vayan a llevar a cabo debe
desarrollarse bajo un clima de respeto hacia los habitantes locales, las normas
y leyes serán las que ellos como comunidad indígena fijen, las cuales deberán cumplirse.
Cada comunidad indígena tiene una forma muy particular de vivir, con costumbres
propias muy diferentes a las de las grandes ciudades, lo que para ellos y para
cualquier visitante podría ser una gran oportunidad para interactuar con
personas bajo diferentes estilos de vida.
Cada comunidad indígena tiene un líder,
el cual tiene la responsabilidad de representar a su comunidad, llamado también
“Capitán” o “Cacique”.
Todas las comunidades indígenas a
pesar de sus caristias y de los controles sociales que le han aplicado se merecen
un gran respeto, ya que por mucho tiempo han sido y serán los guardianes de
nuestros bosques más prístinos y de las montañas más antiguas del planeta.
Los tepuyes están considerados por las
leyes venezolanas como Monumentos Naturales y los mismos tienen un marco legal
que los protege. Fueron decretados como áreas de protección bajo la
administración y manejo del Instituto Nacional de Parques (INPARQUES), ente
adscrito al Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo.
Algunos tepuyes también están dentro
de zonas protegidas decretadas como Parques Nacionales considerados de igual relevancia
que los Monumentos Naturales por ser áreas que debemos preservar y conservar.
Fecha de declaración de Monumento
Natural Formaciones de Tepuyes: mediante decreto Nro. 1.233 de fecha 02 de noviembre
de 1990, publicado en Gaceta Oficial Nro. 4.250, Extraordinaria, el 18 de enero
de 1991.
La historia de la Escalada en los tepuyes se empieza a escribir a finales
de los sesenta y principios de los setenta, donde la influencia de escaladores
internacionales fueron la punta de la lanza para entrar en los confines de los
inexplorados terrenos verticales.
Siempre los tepuyes tuvieron un imán especial hacia los exploradores por
ser terrenos inhóspitos y salvajes, donde entrar y atravesar grandes extensiones
de selva y surcar ríos para llegar a ellos ya daba una tremenda dosis de estar
inmerso en una gran aventura. A pesar de que estas vastas selvas eran dominadas
por comunidades indígenas, desde que los tepuyes se mostraron ante los ojos del
hombre europeo los mismos se volvieron sus metas, tal vez el primero que
impulso esta idea fue el Roraima tepui. Hay muchas razones por las cuales el
hombre se aventuró a estos terrenos inhóspitos y seguro no es primero el motivo
de la exploración, tal vez lo primario era seguir las órdenes de los reyes
europeos donde el objetivo era hacerse dueños de tierras desconocidas y obtener
riquezas naturales de gran valor energético.
Muchas de estas expediciones fueron documentadas y dichos registros forman
parte de una gran y valiosa información donde nos muestran grandes hazañas
del hombre y hallazgos completamente nuevos para la ciencia.
A pesar que estos terrenos eran habitados por comunidades indígenas, ninguno
de estos veía a un tepui como un reto que debían superar o conocer más
de lo que podían apreciar desde sus selvas, muchos hablan de que los
indígenas sentían a los tepuyes como el lugar donde moran los dioses,
por tanto no tenían esa necesidad de ascender a ellos.
Fue en 1884 cuando los botánicos británicos Everhard Im Thurm y
Harry Perkins llegan a la cima de Roraima Tepui y descubren que muchas de las
plantas y la vida animal sobre el tepui es única, lo que es el resultado
de millones de años de aislamiento. Esta expedición recogió una información muy
importante para la ciencia y fue cuando se dió a conocer el misterioso Mundo
Perdido.
En la actualidad los tepuyes son considerados "Joyas del Tiempo",
las investigaciones los colocan como las montañas mas antiguas del planeta y aún
140 años después desde que los primeros hombres tocaran alguna de sus cumbres
siguen representando el Mundo Perdido, un mundo tan vasto que no deja de ser
explorado y siempre nos sigue sorprendiendo ante los hallazgos que se muestran
a la humanidad.
Desde 1884, hicieron falta 84 años después para que el hombre se
estableciera llegar a la cumbre de un tepui surcando una aventura vertical por
sus paredes escarpadas, ya no importaba llegar a la cima sino como se llegaba,
concepto que se apuntaba en la palestra del alpinismo internacional ante la
conquista de las montañas en el corazón del hombre. Obviamente siempre fue acuñada
la idea de expediciones de exploración, científicas, donde se le agregaba un
reto superior, la escalada de sus paredes escarpadas.
Sobre la escalada en los tepuyes consideramos cuatro expediciones que
marcaron el inicio de una época de escaladas a los lugares más salvajes e
inhóspitos de este planeta, los cuales en el presente permanecerán grabados como
las memorias de la Escalada en los Tepuyes.
La historia de la Escalada de los tepuyes se remonta al final de la década
de los 60, cuando unos exploradores y escaladores estadounidenses deciden
escalar el Auyantepui por el flanco donde se encuentra el Salto Ángel, para ese
momento llamada así en honor al explorador que dió a conocer a la cascada más
larga del planeta.
Motivados no sólo por el hecho de hacer una escalada en un lugar poco
conocido, prístino y salvaje sino también a sus deseos de exploración de
lugares nuevos estos exploradores miembros del Explorers Club de Pittsburgt y
apoyados también por The Zoological Society y la Pittsburgt Press organizan una
gran expedición al Auyantepui. Sus objetivos para esta expedición realizada en
agosto de 1968 fueron bastante ambiciosos, aunque casi todos logrados, lo único
que no pudieron terminar fue la Escalada del Auyantepui.
Intento al Auyantepui - Ago1968.
Los objetivos propuestos de esta
expedición estaban enmarcados en el área científica, cartográfica y de
aventura. En esta expedición se hizo el primer levantamiento cartográfico de un
área de 160 km2 en la cumbre del Auyantepui cerca del borde del Salto Ángel,
también se colectaron especímenes de plantas completamente nuevas para la
ciencia, también se hizo paracaidismo a la zona cerca del avión abandonado de
Jimmy Ángel y también se hizo un intento de escalada a la Cara frontal del
Salto Ángel. Los miembros del equipo que se encargarían de la escalada fueron
Ivan Jirak y John Timo.
Intento al Auyantepui - Ene1969.
En enero de 1969 los lideres
escaladores Ivan Jirak y John Timo junto a otros 3 escaladores regresan al
Auyantepui con la intención de lograr su anhelado objetivo, escalar el
Auyantepui cerca de la fantástica caída de agua más larga del planeta.
Luego de invertir 4 días ascendiendo y
a solo 90 metros de la cumbre deciden desistir de la escalada, después de que
las grandes fisuras que conducen hasta la cumbre se burlaran de ellos, para ese momento el equipo consideró que continuar desde ese punto era muy arriesgado y empujar el factor de seguridad ante la sed y el agotamiento presente no era apropiado.
Primer ascenso completado en un tepui -
1971.
En 1971 regresa John Timo (USA) junto a
George Bogel (USA), Paul Straub (USA) y David Nott (UK) para lograr el objetivo
fijado en 1968 que ya le había costado dos intentos. Ya con dos experiencias
previas y con el equipo y la logística adecuada lograron ascender la pared
y dejan en el Auyantepui The Timo Route. En ese momento se
logra una proeza, escalar uno de los Big-wall más fantásticos del planeta,
un terreno salvaje e inhóspito.
Y aunque en nuestro país la escalada de
aventura es valorada por unos pocos, este Primer Ascenso tiene gran
importancia, a pesar de que estos escaladores pioneros eran todos extranjeros,
los cuales también respondían a una tendencia de exploración y
búsqueda del hombre a nivel mundial, dejaron plasmada en estas tres
expediciones lo que puede representar una montaña para los hombres, la
conquista no del hombre sino la conquista de la montaña en el hombre.
Los setenta una década de Primeros Ascensos
En noviembre de 1973 un equipo de escaladores del Reino
Unido liderados por Don Whillans y Hamis MacInnes (escaladores luminarias de
aquella época) junto a Mo Anthoine y Joe Brown con el respaldo de The Observer,
apoyados por el Gobierno de Guyana y un equipo de camarógrafos de la BBC
Television se proponen escalar la Proa del Roraima, un tepui que su cumbre
comparte frontera con Venezuela, Brazil y Guyana (Zona en Reclamación), la
expedición fue muy retadora desde todo punto de vista, desde el acercamiento
hasta la escalada que los llevó a la cumbre del tepui. Estos escaladores
dejaron la ruta The Dorado Swamp. Esta expedición estuvo
precedida por una expedición inglesa en 1971 liderada por Adrian Warren, los
cuales atravesaron y remontaron la selva hasta llegar a los pies de la pared de
la Proa.
Documental de la expedición
En 1974 los escaladores británicos
David Nott y Stephen Platt junto a los escaladores venezolanos Wilmer Pérez y
Carlos Reyes se unen para escalar el Cerro Autana en el Estado Amazonas
dejando la ruta La Arista Norte, un ascenso que sembraba una
escalada particular en nuestro deporte nacional.
Después de esto toda una generación se
preparó para asumir los grandes retos de las selvas y las paredes escarpadas
del Sur de Venezuela, después de 50 años ya se han sumado una cantidad
importante de ascensos llevados a cabo por escaladores nacionales y foráneos
que muestran el interés aún vivo de escalar estas montañas.
Estas tres expediciones fueron los primeros ascensos que
marcaron el inicio de una época de escalada en las montañas más antiguas
del planeta.
Después de estas expediciones en nuestro país se impulsó
en el corazón de algunos pocos ese deseo del Dorado, pero no para
conseguir piedras preciosas, sino detrás de lo que puede representar una
actividad muy particular en un país donde sobran selvas y tepuyes inexplorados,
joyas para cualquier explorador.
Se escribe “Tepui” o “Tepuy”. Plural:
“Tepuis” o “Tepuyes”.
Su nombre proviene de una voz del
idioma indígena pemón que significa “Montaña o Morada de los Dioses”.
Es una
clase de meseta especialmente abrupta, con paredes verticales y cimas relativamente
planas (aunque no en todos los casos). Los tepuyes tienden a estar
individualmente aislados en vez de formar parte de una cadena común. Esta
característica frecuentemente los hace ser el ambiente en donde se desarrollan
formas evolutivas únicas tanto animales como vegetales.
La formación de los tepuyes es consecuencia de procesos de erosión ocurridos a lo largo de los tiempos geológicos. Debido a su aislamiento durante millones de años y a las elevadas altitudes que alcanzan pueden ser considerados como autenticas islas ecológicas, donde se han desarrollado especies biológicas únicas. En las cimas de los tepuyes la pluviosidad es alta, se dan pronunciadas oscilaciones de temperatura y los suelos tienen un elevado contenido orgánico y están suturados de agua.